domingo, 4 de septiembre de 2016

Interesante articulo

Desinfoxicación 2.0

Internet es parte de nuestras vidas. Es una necesidad de primer orden para buena parte de la sociedad, y cada vez lo será más. No pretendo compararlo a la necesidad de comer o beber, pero sí a la de disponer de un coche o en su día de un teléfono fijo y ahora móvil. Igual que la llegada de los vehículos y luego de los teléfonos no alcanzó a toda la sociedad en dos días, internet también tiene un proceso de despliegue que llevará décadas. Nada pasa de un día para otro, pero ahora nadie vive sin coche o sin teléfono. Pero de la misma forma que nadie usa el coche si no lo necesita, poniéndose a dar vueltas por el garaje en mitad de la noche, o llamando durante horas para no comunicar nada, tampoco es necesario hacer uso de internet las 24 horas del día, pero esta situación es cada vez más usual. Dándole la vuelta a una palabra de moda, es hora de comenzar la desinfoxicación.
Algunas exageraciones tienden a situar la necesidad de estar conectados al nivel de la necesidad de comer. Son excesos, tanto a favor, con gente con serios problemas si un día entero no dispone de conexión, como en contra, de la parte inmovilista que sigue viendo la red como una pérdida de tiempo de cuatro internautas, y que hace uso de la hipérbole comentada para viciar el debate. Ni tanto ni tan calvo. El mejor ejemplo que veo para internet es situarlo al nivel de un vehículo, algo que proporciona ventajas y que a la vez es una necesidad, pero en el que no estamos subidos 24 horas. Se usa en ocasiones, en muchas ocasiones, pero no necesitamos vivir dentro de él. Un trabajador para el que el vehículo es su día a día, agradece aquel momento en el que puede disfrutar de no usarlo, sabiendo que si lo necesita en cinco minutos por el motivo que sea, sólo tiene que bajar al garaje. Aunque su trabajo le parezca agradable, aunque también lo utilice a nivel de ocio, y aunque la sensación de conducir sea tan placentera como la del famoso anuncio de BMW, en ningún caso existe la necesidad de estar sentado las 24 horas del día en el coche.
Al igual que el vehículo aporta múltiples posibilidades, internet también, pero usar el coche de manera exagerada y sin necesidad es contraproducente, una pérdida de tiempo y hasta un riesgo: internet también. Tanta urgencia y necesidad de uso de la red provoca la infoxicación que estamos sufriendo, generada por nuestra propia necesidad de disponer de más contenidos de los que podemos digerir. Como ya dije en mi reflexión sobre el síndrome del tren que se escapa, nos encontramos en una curiosa situación en la que no tener acceso a nuestras fuentes de información habituales en internet nos pone nerviosos porque creemos que nos estamos perdiendo algo que además no va a estar disponible mañana. También he comentado ya en otra ocasión (SEO y los mass media: ética en la web) los problemas que surgen fruto de la excesiva velocidad de las noticias en la red, velocidad que provoca un elevado porcentaje de bulos o de noticias con graves errores informativos fruto de las prisas. Hace unas semanas, la red (la red profesional, la informativa, no alguien que pasaba por ahí, lo que hace más grave la situación) mató al conocido periodista Manu Leguineche y hace unos días la red, a través de una periodista profesional,informó de una explosión en el metro de París. Nada de eso sucedió.
En esta dinámica, la vida media de la información en internet está alcanzando unas cotas preocupantes de mortalidad temprana, mortalidad en la que se entremezclan elementos de gran valor sociológico, artístico o técnico con refritos, reposiciones o resúmenes básicos, que se encuentran en la red desde hace años. Ya sea una web de reservas de viajes o un artículo médico, todo aparece de hoy para mañana sin seguridad alguna de estar en una web de reservas fraudulenta o delante de un artículo médico veraz y novedoso. Todo junto, todo a gran velocidad, hace que se haga cada vez más dificil separar la información buena de la paja. Centrándome en el universo blogger, parece que si no leemos un artículo de un blog en las siguientes 24 horas a su publicación, no lo vamos a poder leer porque el artículo va a desaparecer como si tuviera una cuenta atrás hacia la autodestrucción. Muchas veces indago en los blogs que sigo buscando entradas antiguas a mi descubrimiento de esa web. Por antiguas me refiero a la friolera fecha de cinco meses atrás, o un año, una eternidad para algunos. Y son artículos plenamente vigentes que pueden ser leídos por primera vez diez meses o dos años después de su publicación. Sin embargo, es como si ya no tuvieran valor por el mero hecho de tener una fecha de redacción alejada en el tiempo.
No sugiero parar, sugiero replantear el uso de la red. Podemos escribir en facebook, twitter, tuenti y demás redes de ocio lo que queramos, y en grandes cantidades, como un ejercicio de consumo instantáneo, pero si estamos trabajando en algo de más enjundia, laboral o personal, ya sea cualquier artículo que reflexione sobre cualquier materia, técnica o humanística, ya sea cualquier ejercicio artístico o de diseño, ya sea cualquier servicio o producto web… en definitiva, si estamos generando cualquier tipo de contenido para la red, no lo hagamos pensando en que su vida media va a ser escasa, aplastado por el inmediato torrente de contenido de la siguiente hornada. Intentemos que la infoxicación no gane la partida. No hagamos kilómetros en vano. Disfrutemos del coche todos los kilómetros necesarios, aunque sean millones, pero con conocimiento. Desinfoxiquémonos!
Fuente: http://dosydosnosoncuatro.com/blog/2011/05/09/desinfoxicacion-2-0/